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Política Habitacional y Viviendas Sostenible en Buenos Aires: Eficiencia Energética en Viviendas Sociales

26/08/2025

Política Habitacional y Viviendas Sostenible en Buenos Aires: Eficiencia Energética en Viviendas Sociales

En la Provincia de Buenos Aires, la vivienda social atraviesa una etapa de revisión profunda.  Un reciente informe técnico - producto de relevamientos de barrios de zona sur del conurbano bonaerense, entrevistas, encuestas y análisis normativos - revela que el reto ya no es solo construir más casas, sino garantizar que el hábitat propuesto sea sostenible en términos sociales, ambientales y económicos, y adaptado a las necesidades reales de las familias.




La exhaustiva investigación, liderada por un equipo interdisciplinario de la UNAJ y enmarcada en el Eje Innovación Tecnológica y Sostenible del Plan Buenos Aires Hábitat, combina testimonios de funcionarios y vecinos con la evaluación de prototipos de vivienda y materiales constructivos. Las conclusiones son claras e indican que si bien hay experiencias valiosas que muestran un cambio de rumbo, es necesario continuar trabajando en el acceso a servicios básicos, regulación en la tenencia y apuntalar definitivamente el diseño bioclimático en viviendas y edificios públicos.  


Los estudios indican que a principios de los 2000, los programas priorizaban la velocidad de construcción para resolver la emergencia habitacional. Hoy, algunos municipios, como Berazategui, intentan un abordaje más integral que incluye tipologías adaptadas al tamaño familiar y la participación vecinal en el diseño de los barrios. Sin embargo, la precariedad en redes eléctricas y de agua sigue siendo una barrera crítica que hay que trabajar e incorporar a los desarrollos.


La deuda energética


El estudio revela que en muchos asentamientos y barrios el suministro eléctrico es informal y vulnerable, mientras que el gas natural es prácticamente inexistente. Esto obliga a las familias a depender de garrafas y artefactos eléctricos de alto consumo, encareciendo la vida y aumentando la inseguridad energética. A su vez se observa un gran potencial social y técnico en la autoconstrucción de las viviendas desarrolladas por las y los vecinos. La mayoría de las veces comienzan utilizando madera, chapa o fibrocemento para levantar núcleos iniciales, luego, a medida que pueden, mejoran las paredes con bloques cerámicos del 12, ladrillos comunes, o bloques de hormigón, y cierran los techos con losas alivianadas. Más allá de la precariedad aislante de los materiales utilizados, se evidencia las posibilidades para trabajar distintos tipos de elementos constructivos y herramientas, la capacidad de organización, y la predisposición al mampuesto. La posibilidad de encarar una transición constructiva sustentable a partir de estos conocimientos locales, ya está siendo contemplada dentro de la provincia de Buenos Aires, a partir de encarar trabajos de diagnóstico como el de este estudio.


Además, los prototipos de vivienda evaluados, diseñados por el Instituto Provincial de la Vivienda, muestran avances en la aislación térmica de toda su envolvente. El informe asegura que pueden mejorarse aspectos clave como la protección solar o la orientación favorable. También recomienda sumar estrategias pasivas sistemáticas como manejo del entorno, compacidad, la ventilación cruzada y el enfriamiento nocturno. Si esto pudiera combinarse con el uso de materiales de baja huella de carbono como bloques de tierra comprimida, entramados de madera, o desarrollos que favorecen la economía circular, como el realizado por IFIMAT con placas térmicas recicladas de EPS; el impacto social favorable a partir de la eficiencia energética sería muy relevante. Esto redundaría en ahorros importantes para las familias y para el sistema energético local donde se aplique. 


Aunque existen normas provinciales para el acondicionamiento térmico (Ley 13.059), su aplicación es dispar y escasa. La falta de personal técnico y la percepción de que estas exigencias frenan inversiones complican su implementación. El informe subraya que la capacitación y la participación comunitaria son esenciales para que las soluciones sean duraderas y aceptadas.


Hacia una transición justa y planificada


La propuesta central es clara y propone avanzar hacia un modelo donde la eficiencia energética y la sostenibilidad sean parte del derecho a la vivienda digna. Para ello, se requiere continuidad política, inversión en infraestructura, regulación dominial y apoyo a tecnologías de transición constructiva, algunas de las cuales ya se encuentran en el mercado, y de energía renovable, como termotanques solares, que ya cuentan con desarrollo nacional. Es decir que el alcance de la transición energética se impulse también a la cultura de los hogares. 


La radiografía de la vivienda social en Buenos Aires muestra un escenario desigual, pero también oportunidades concretas. La clave, según el documento, es entender que el techo es solo el principio, lo que sigue es garantizar seguridad energética, salud, confort, ahorro energético y pertenencia comunitaria. 

La provincia de Buenos Aires ha iniciado el camino de desarrollo inclusivo apuntando a una cultura de la eficiencia energética, entendiendo que además de los avances técnicos la propuesta implica un valor que se compromete con la sociedad y el ambiente.